La palabra trauma deriva del griego y significa herida. Según los criterios diagnósticos del DMS-5, un trauma conlleva la exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenazada. Es decir, un evento que amenace nuestra integridad y seguridad física o mental. Ocurre que no siempre se ha de dar estas circunstancias específicas para que una persona desarrolle síntomas postraumáticos,(incluso personas que las sufrieran no tienen por qué desarrollar estos síntomas),por tanto, un trauma es más objetivo y depende de cómo haya vivenciado la persona un determinado evento.
Nuestro cerebro tiene la función, entre muchas otras, de almacenar nuestras experiencias en la memoria a largo plazo. Lo que hace es integrar toda la información asociada a las experiencias (sensaciones, estímulos, creencias, emociones..) y guardarla junta para poder acceder a ella con fluidez. Puede que alguna experiencia nos genere tanto estrés o una emoción tan alta, que este procesamiento se bloquea y no queda bien integrado en la memoria.